miércoles, 14 de septiembre de 2011

El grito de pericles

El camino al abandono es algo tan tentador, tiene la ventaja de la facilidad. Que más simple que dejarse librado al tiempo para que este nos consuma día a día a y nos guie por el camino de la ruina. Se dice que la gran lucha del hombre es superarse continuamente para alcanzar la felicidad o la plenitud, yo discrepo, creo que la real pelea es intentar continuamente no tentarse por el simplismo del abandono.

Siempre es más fácil encontrar motivos para justificar el alejarnos de todos y de nosotros mismo, mirarnos al espejo y ver la realidad que queremos creer, esa realidad que es más fácil de afrontar ya que en la misma nosotros no valemos lo que valemos y no somos quienes somos. La culpa es de otro y nunca nuestra, que más falaz que eso, si los culpables de nuestro sufrimiento fuesen los otros entonces la solución estaría en enfrentarlos. Pero no lo hacemos porque dentro nuestro sabemos que nos mentimos, que buscamos demonios para justificar nuestra necesidad a la autodestrucción, a la soledad y la pena.

Como antes lo dije la guerra es diaria, tratamos de pelear contra la facilidad del abandono, no es simple pero creo que vale la pena hacerlo, pues de cada batalla ganada podemos conseguir aunque sea por solo unos segundos una verdadera sonrisa.